En un pueblito de Cañete llamado Boca del Río, hay un cerro bañado por el mar, y en él dicen los antiguos pobladores que existe una princesa encantada, la cual está encadenada; y que en las noches de luna, cuando los pescadores salen en sus barcas, oyen el claro tañer de sus campanas.
Muchos pobladores antiguos aseguran que han visto a la princesa, que es hermosísima y está engalanada de piedras preciosas, y que oculto bajo el cerro se encuentra un hermoso castillo.
En un lugar de Cañete existe una pequeña laguna, donde las aguas son calientes, y en las que nadie se puede bañar, porque dicen que sale un animal raro en medio de la laguna, y empieza a dar vueltas formando espuma, y también se oye a lo lejos, los acordes de una marcha guerrera.
Esta laguna está rodeada de cerros, y es difícil de encontrarla. Según dice la leyenda, el agua cambia de color; y muchos pastores que han encontrado esta laguna no la han podido ver por segunda vez, porque cuando llegaban al sitio este ya había desaparecido.
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